La moral autoritaria y los autócratas latinoamericanos

Universidad Francisco Marroquín, Guatemala
La noticia sobre la investigación contra el expresidente boliviano, Evo Morales, por la presunta formación de una red de trata de personas y violación, tuvo un impacto no solo a nivel local, sino que también a nivel internacional.

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La noticia sobre la investigación contra el expresidente boliviano, Evo Morales, por la presunta formación de una red de trata de personas y violación, tuvo un impacto no solo a nivel local, sino que también a nivel internacional. Más allá de los hechos, los cuales incluyen la falta de transparencia en la gestión de su Presidencia, la falta de voluntad por parte de Morales para colaborar con la Fiscalía y el velo ideológico que ciega a los seguidores de Morales, este caso se presta para una reflexión sobre el carácter de los líderes autoritarios. Esto se debe a que, exceptuando a algunos líderes de corte populista, la mayoría de mandatarios autoritarios comparten ciertas características a nivel moral, lo cual permite construir un perfil que refleja la decadencia personal de estas figuras y por ende, permite explicar la razón de ser de su comportamiento.

Este argumento que vincula la decadencia moral con la personalidad autoritaria ya fue desarrollado por Adorno y sus colegas en The Authoritarian Personality. En esta obra se identifican nueve características que se pueden relacionar con la personalidad autoritaria y entre las más importantes se incluyen la agresión, el rechazo a la introspección, la superstición, la orientación hacia el poder y la fijación excesiva con la sexualidad. Sin embargo, las conclusiones de este trabajo se quedan cortas, dado que los autores, partiendo de esta caracterización, pretenden extrapolarlo a experimentos cuantitativos a fin de encontrar una correlación. Consecuentemente, no toman en cuenta el contexto sociológico en el que se insertan estas personalidades y ni tampoco la manera en la que estas características se proyectan sobre los seguidores.

El caso Morales

A partir de esta caracterización de la personalidad autoritaria se puede concluir que aquellas personas que tienen tendencias antidemocráticas tienen un nivel de moralidad menos desarrollado. Esto se debe a que actitudes como la agresividad, la falta de introspección y la orientación hacia el poder sugiere que sus decisiones están guiadas por un sistema de valores diferente al que normalmente se relaciona con un razonamiento moral. Como consecuencia, las características autoritarias corresponden a un nivel inferior de juicio moral. Por ello, en el caso de Evo Morales, la formación de una red de tráfico de personas y la subsiguiente violación de decenas de niñas no es visto como algo negativo, pese a que en los ojos de una persona “antiautoritaria” se considere una atrocidad.

Adicionalmente, hay que tomar en cuenta que estas actitudes fomentan la creación de una dinámica de sumisión y obediencia entre las víctimas y el líder autoritario, ya que los líderes tenderán a imponer una actitud dominante e intransigente. Así pues, derivado del miedo que infunde esta relación sobre las víctimas, en la mayoría de los casos, estas personas quedan impunes. Por esta razón, la mayoría de estos líderes autoritarios que están vinculados a este tipo de actividades ilícitas necesitan de un aparato de seguridad y de fuerza no solo para perpetuarse en el poder, sino que también para infundir miedo entre sus víctimas y evitar una denuncia de su parte.

Otro elemento que destaca en la caracterización del perfil autoritario y que merece la pena mencionar, dado el discurso político que impulsa Evo Morales, es la tendencia hacia un carácter etnocentrista. Es decir, a diferencia de las personas que gozan de un juicio moral superior que consideran que todos los seres humanos son iguales y por ende gozan de los mismos derechos individuales, las personalidades autoritarias mantienen una actitud negativa hacia aquellas personas que no pertenecen al grupo étnico al que el líder representa. Por esta razón, los niveles de juicio moral inferiores se identifican con la obsesión por características personales como el sexo, la raza y el estatus. Así pues, no debería de extrañar que Morales observe con desdén a aquellas personas que no se identifiquen con un grupo indígena y que la mayor parte de su red se concentre en personas pertenecientes a determinadas agrupaciones indígenas.

La ola expansiva

Ahora bien, las reacciones hacia la investigación contra Morales por parte de sus seguidores sugieren que la personalidad autoritaria y la decadencia moral tiene un efecto expansivo. Esto se debe a que, los seguidores, a fin de seguir apoyando al expresidente, rechazan las acusaciones. Por lo tanto, la decadencia moral no es exclusiva al líder autoritario, sino que también es compartida por aquellas personas que lo llevaron al poder en primer lugar.

Consecuentemente, a partir de esta reflexión se puede concluir que, más que un fenómeno político, los gobiernos autoritarios son la expresión política de un fenómeno sociológico, en el que una sociedad cuya moralidad se ha pervertido, impulsa líderes que no solo amenazan los derechos y libertades ciudadanas, sino que también creen que la comisión de ilegalidades no está mal vista y no debe ser condenada.

Autores:
Analista política del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales EPRI – Universidad Francisco Marroquín, Guatemala…

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