La figura política de Bukele, presidente de El Salvador, ha experimentado un drástico aumento en popularidad en los últimos años. Su liderazgo se ha convertido en un referente para varios países latinoamericanos. Las bases de esta idea se cimentan en la famosa “efectividad contra la violencia” de sus políticas de seguridad. Parte de su popularidad se afianza en el renombre internacional, alto grado de aprobación nacional, y el interés de sus ciudadanos por sus políticas.
En la coyuntura internacional es crucial evaluar la posibilidad de exportar el modelo Bukele a otros países latinoamericanos. ¿Qué condiciones específicas han permitido que las medidas implementadas en El Salvador sean efectivas? ¿Pueden estas circunstancias históricas, políticas y sociales replicarse en otros países con éxito? La complejidad de estas cuestiones subraya la necesidad de un análisis cuidadoso y profundo antes de adoptar políticas similares en diferentes contextos de la región.
Contexto:
Una de las mayores preocupaciones nacionales en El Salvador, desde antes de 2019 hasta la actualidad, es la inseguridad y violencia (CEOP 2021). Esto debido a la alta presencia de las maras y la violencia generada como sus actividades cotidianas.
Durante su gobierno Bukele implementó diversas políticas en busca de disminuir estos dos problemas, al menos de forma superficial, y así ganar aceptación ciudadana. En 2015 se tenía una tasa de homicidios de 103 por cada 100.000 habitantes, mientras que en 2022 se registran 7,8 que es una disminución de 95.2 homicidios (Statista 2023). La otra cara de las políticas fomentadas por Bukele es que varias no se implementaron de forma legal, pero sí legítima. La construcción de la mega cárcel, para lidiar con los mareros y terroristas, obtuvo una gran aceptación por parte de la población, pero a nivel internacional la CIDH, y otras organizaciones, han denunciado violaciones a los derechos humanos en este centro penitenciario.
Bajo su popularidad y aceptación Bukele aprovechó para realizar cambios electorales que afectan a largo plazo el desempeño democrático del país. Estos cambios comienzan con eliminar la prohibición de los cambios o reformas electorales a menos de un año de las elecciones. Con esa está su postulación a la candidatura de 2024, a pesar de ir en contra de la regla constitucional del país. También realizó una amplia modificación a la cantidad de diputados del Congreso, pasando de 84 a 60 representantes y una disminución de 264 distritos electorales a 44 a partir de la siguiente legislatura. Ambas reformas, como parte de su plan de continuidad en el poder, buscan ser el inicio de una “lucha contra la corrupción” en el país. Estas decisiones están configurando un patrón en la implementación de sus políticas. En su período anterior ganó apoyo de la población al abordar el principal problema de percepción, ahora planea desarrollar una propuesta popular que va detrás de la seguridad en los intereses nacionales.
Si todas estas decisiones socavan la democracia del país, ¿por qué se siguen permitiendo? El informe del Latinobarómetro nos muestra que a nivel de la región, la democracia solo tiene una preferencia del 48% de la población. Mientras que el autoritarismo está bien para el 45% de la región (Latinobarómetro 2023). El análisis de percepción a partir de estos datos sugiere que, aunque las medidas políticas puedan socavar el sistema democrático en varios países
latinoamericanos, la población no parece preocuparse por los mecanismos utilizados, siempre y cuando perciban beneficios.
Club de fans políticos:
En el ámbito político, el objetivo fundamental es adquirir y conservar el poder. Para lograrlo, los políticos dependen en gran medida de la aprobación popular, ya que la aceptación del pueblo es su herramienta principal. Bukele ha demostrado ser hábil en aprovechar esta dinámica durante su mandato. Al día de hoy, Nayib es el presidente más popular de Latinoamérica y esto se debe en gran medida a que durante su mandato se enfocó en una sola política de gran interés, inseguridad y violencia. Esto ha llamado la atención de diversos políticos de la región. Estos políticos buscan colgarse de su popularidad y utilizar el mismo discurso narrativo para sus propios procesos electorales. A continuación se enumeran algunos ejemplos en la región que comparten estas ideas.
Perú:
De acuerdo con datos del INEI y de Statista, el principal problema percibido por la población peruana es la corrupción, seguido por el problema de la delincuencia y falta de seguridad (2023). Esto sustenta que durante el gobierno de Dina Boluarte, y desde el ejecutivo, se esté impulsando el Plan Boluarte. Este consiste en fortalecer a la Policía Nacional para que como institución se encargue de aplicar la política de seguridad. A diferencia de la política salvadoreña, esta propuesta busca impulsar primero la prevención de violencia para luego crear un frente directo al crimen organizado y el narcotráfico.
Colombia:
La propuesta en este caso es a nivel departamental. Impulsada principalmente por los candidatos a alcaldes de Bogotá y Cali, con Diego Molano y Jaime Arizabaleta respectivamente.
En este caso los principales problemas, según la opinión pública, son la corrupción, la pobreza y hambre y la delincuencia (Statista 2022). El modelo que ambos candidatos buscan replicar, y utilizan como guía de su campaña, es la creación de dos mega cárceles en ambos departamentos.
Ambas estarán dirigidas para alojar a criminales y corruptos específicamente, atendiendo a dos de los principales problemas del país. Al igual que el candidato Andrés Beltrán, en Bucaramanga, propone controles migratorios y creación de cárceles especiales para los delincuentes del departamento.
Honduras:
la actual presidenta, Xiomara Castro, desde el 2022 tiene instaurado un estado de excepción que le otorga mayor flexibilidad para manipular las medidas de seguridad que imponga. Durante el presente año se ha visto un alza en la actividad criminal dentro y fuera de las cárceles del país. Varias masacres a causa del crimen organizado han sucedido, por peleas entre maras y las actividades del narcotráfico. Como solución para este grave problema de seguridad la política que ha estado impulsando en los últimos meses tiene relación con el modelo Bukele. Se trata de afianzar el poder de la policía militar dentro y fuera de las cárceles para limitar el poder del crimen organizado. Además, se está proponiendo la creación de una mega cárcel en las Islas del Cisne con la finalidad de aislar en su totalidad a los privados de libertad, especialmente aquellos que tienen relación con maras y crimen organizado. Esta cárcel sería de máxima seguridad, militarizada por completo y mientras se realiza su construcción la idea es permanecer con el estado de excepción en las zonas más afectadas del país.
Nuestra pregunta inicial tiene su respuesta en realizar dos comparaciones clave. El modelo de ejecución de los delitos cometidos en cada país. En El Salvador el mayor problema de seguridad se concentra en las actividades delictivas que se realizan por las diferentes maras. Es por esto que la centralización de medidas que ataque a ese único mal es factible y eficaz. Si el modelo de inseguridad en otros países que voltean a ver las políticas de Bukele incluyen dinámicas más complejas, su adaptación será difícil y con pocas esperanzas de éxito. La segunda comparación tiene que ver con el contexto sociopolítico del país interesado en exportar las políticas de seguridad. El Salvador ha sufrido deterioros en su apoyo a la democracia desde la población y a través de este deterioro las medidas autoritarias que coartan la libertad individual son factibles.
Si los países que buscan seguir el modelo de Bukele tienen instituciones que sirvan de contrapesos para los políticos y la preferencia pública por la democracia se mantiene en un nivel aceptable; entonces la exportación del modelo analizado no es una posibilidad a corto plazo.
En conclusión:
El modelo que Bukele ha implementado en El Salvador no es una amenaza imposible de ver plasmada en otros países latinoamericanos. Sin embargo, evitar este desenlace en otro país de la región depende de la voluntad de la ciudadanía, el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la promoción de propuestas distintas a las de Bukele.
Bibliografía:
Centro de Estudios de Opinión Pública. 2021. “Evaluación de la gestión gubernamental y temas de actualidad del 2021”. Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo. El Salvador. https://n9.cl/upnqi.
Latinobarómetro. 2023. “Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática de América Latina”. Corporación Latinobarómetro. https://n9.cl/5q2eh.
Statista. 2023. “Tasa de homicidios en El Salvador de 2014 a 2022”. https://n9.cl/bx5hl.
Statista. 2023. “Problemas más importantes que afectan a Perú según la opinión pública en 2023”. https://n9.cl/m4dnx.
Statista. 2022. “Problemas más importantes que afectan a Colombia según la opinión pública en 2022”. https://n9.cl/awj2t.