III Cumbre UE-CELAC, relanzamiento de una nueva agenda birregional que requiere continuidad, acciones concretas y nuevos consensos

Poder Legislativo, Córdoba, Argentina
Desde el año 2015, ambos bloques regionales, no se daban cita para un encuentro de esta magnitud. Fueron 8 años, en los que tuvieron lugar diversos acontecimientos económicos, políticos y sociales.

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Desde el año 2015, ambos bloques regionales, no se daban cita para un encuentro de esta magnitud. Fueron 8 años, en los que tuvieron lugar diversos acontecimientos económicos, políticos y sociales. Por citar solo algunos: el mundo atravesó una pandemia; China se consolidó como socio estratégico en varios países de Latinoamérica y el Caribe; Rusia estrechó lazos con gobiernos autoritarios afines a su ideología, como en Venezuela, Cuba y Nicaragua; y finalmente, la nueva guerra que desató contra Ucrania, cambió por completo el tablero. Se modificó el comercio de alimentos a nivel mundial, los costos de la energía para Europa aumentaron exponencialmente y se aceleró la necesidad de consolidar una verdadera agenda hacia la transición ecológica y digital.

Cabe destacar que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC, en los hechos, no es más que un foro de diálogo y diplomacia para fomentar la integración de Latinoamérica y el Caribe, el cual reúne a 33 países, con la reciente reincorporación de Brasil, distando mucho del actual grado de integración que presenta la Unión Europea con sus 27 miembros. No obstante, era muy necesaria la cita en Bruselas para generar nuevos espacios de diálogo, una nueva agenda de trabajo en común, bajo el paradigma de la cooperación birregional, estrechando lazos económicos, sociales y culturales. Fue así que el 17 y 18 de julio, se desarrolló la III Cumbre en la sede de la UE con sus altos representantes.

UE-CELAC ¿Qué buscaban ambas partes?

Uno de los principales objetivos, o tal vez el principal para la Unión Europea, es el de contrarrestar o al menos neutralizar el avance de Rusia y China sobre América Latina y el Caribe. Si bien, son muchas las empresas europeas con presencia en la región, como ha remarcado en varias oportunidades Josep Borrell, alto representante de la diplomacia europea, “las empresas europeas han invertido más en América Latina que en China, India, Japón y Rusia juntos”, no obstante, el principal cliente de los productos latinoamericanos sigue siendo China.

Ahora bien, frente al nuevo escenario mundial, en donde la UE y Estados Unidos intentan aislar a Rusia por la guerra que ha desatado en pleno corazón europeo, no bastan las cumbres, los foros o las visitas protocolares; como la importante gira de Ursula von der Leyen, Presidenta la Comisión Europea, en Argentina, Brasil, Chile y México en el pasado mes de junio. Por el contrario, los miembros de la CELAC, esperan acciones concretas y ello se traduce en nuevas inversiones para la región que permitan un mayor crecimiento, sobre todo, luego de los efectos aún palpables de la pandemia del COVID-19.

La UE se comprometió a invertir en la región 45 mil millones de euros de aquí hasta 2027, en el marco del denominado programa Global Gateway, destinando dichos fondos a la transformación digital, la educación, las infraestructuras sanitarias, la producción de energía, las perspectivas medioambientales, las materias primas y las cadenas de valor locales, conforme se desprende del punto 28 de la declaración conjunta. En dicho sentido, ambos bloques, manifestaron en el punto 3, reforzar el diálogo y trabajar mancomunadamente para “afrontar las numerosas crisis y los múltiples desafíos de nuestra época, como la inseguridad alimentaria, la pobreza, las desigualdades en ambas regiones, las perturbaciones de las cadenas de suministro y el aumento de la inflación”.

Disidencias en torno a la guerra de Rusia contra Ucrania

Ralph Gonsalves, presidente de San Vicente y las Granadinas, a cargo de la presidencia pro tempore de la CELAC, expresó que “no íbamos a permitir que esta cumbre fuese un encuentro en torno a Ucrania. Pero está claro que Ucrania es un asunto de gran importancia para Europa, y para el mundo también”, es así que ocupó buena parte de la agenda de la Cumbre, sobre todo, por las disidencias en torno al texto que ocuparía en la declaración final.

Los 33 Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno que integran la CELAC, no comparten la misma visión respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania. En particular, los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela, afines a los intereses del Kremlin, no compartían la idea de manifestarse explícitamente en contra de Rusia, y mucho menos, dejar plasmado su nombre en el documento final; no obstante, cabe destacar que son tres países fuertemente cuestionados por el avasallamiento a los derechos humanos en sus propios territorios. Luego de muchas tratativas en torno a dicha temática y topándose con el límite europeo de hacer referencia al conflicto, en particular, nombrar explícitamente a Ucrania, 32 de los 33 países de la CELAC aprobaron el punto 15 del documento, a excepción de Nicaragua. Qué la delegación nicaragüense no haya acompañado este punto, y que se haya acordado una versión moderada para lograr más adhesión, no significa una victoria para Rusia. Por el contrario, Nicaragua ha puesto de manifiesto su desprecio por el derecho internacional y la integridad territorial de los estados, evidenciando su paupérrimo nivel institucional y democrático.

El Presidente Chileno, Gabriel Boric, se ha mostrado abierto en discutir este punto y explícitamente manifestó: “creo que es importante que desde América Latina lo digamos con claridad: lo que sucede en Ucrania es una guerra de agresión imperial inaceptable donde se viola el derecho internacional”. De esta forma, Boric ocupó espacio y tal vez le esté quitando protagonismo al Presidente de Brasil Lula da Silva, quien titubea a la hora de expresarse sobre la materia. Por un lado, Lula busca posicionar a su país en el plano internacional, pero da pasos a contramano al no definir una política exterior clara y consistente. Cabe recordar que en el mes de abril Lula recibió al Ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov, hombre fuerte de Putin en política exterior desde hace 20 años. Rusia es el principal proveedor de fertilizantes, insumo esencial para la agroindustria brasileña; la provisión de insumos nunca cesó entre ambos países. Tal es así, que este año el comercio bilateral entre ambos países ya alcanzó casi los US$ 10.000 millones.

Finalmente, el texto del punto 15, aprobado a excepción de Nicaragua, expresa: “la profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando debilidades ya existentes en la economía mundial…”.

Acuerdo UE-MEROSUR

El acuerdo alcanzado en 2019 entre ambos bloques, tras más de dos décadas de discusiones, sufrió nuevamente un revés; pandemia de por medio y cambios de gobiernos impidieron avanzar en las tratativas. La III Cumbre UE-CELAC fue una oportunidad para, al menos en lo formal, poner sobre la mesa la necesidad de cerrar el acuerdo.

Los motivos por los cuales aún no se concreta el acuerdo se encuentran en ambos lados del atlántico. Los agricultores europeos, principalmente los franceses y austriacos, siguen reticentes y solicitan abrir la discusión hacia la política ambiental que siguen los países sudamericanos, sobre todo Brasil. Por su parte, Brasil y Argentina, también han solicitado rediscutir algunos puntos del acuerdo, ya que lo consideran asimétrico, sobre todo en lo que refiere al sector industrial sudamericano; alegan que en Europa no toman en consideración los desiguales índices de desarrollo entre las regiones a la hora de plantear sus condiciones.

Cabe destacar que el MERCOSUR es uno de los bloques más cerrados del mundo. Mientras que en las últimas dos décadas el mundo se abrió al comercio a pasos agigantados y se cerraron muchos tratados de libre comercio entre naciones, el MERCOSUR continúa con una política de apertura restrictivita.

En los hechos el MERCOSUR se encuentra en retroceso, por ello, para la continuidad del bloque, es crucial el cierre del acuerdo en los próximos meses y antes de las elecciones del Parlamento Europeo del próximo año. De concretarse el acuerdo, le daría un nuevo punto de partida al MERCOSUR y lo ubicaría con un nuevo status global.

Para Europa representa consolidarse en Sudamérica, en una región pacífica y democrática, con 4 países que comparten similares valores e intereses; en donde la inversión europea es mucho mayor que la de Estados Unidos y China juntos. Es para el MERCOSUR una oportunidad de profundizar, con hechos concretos, sus lazos comerciales; reposicionarse en el mundo tomando un nuevo protagonismo para transitar un camino de crecimiento sostenido en base a la transformación digital, haciendo buen uso de su potencial en economía verde, como la producción de energías renovables, hidrógeno verde y litio.

Medio ambiente

Especial mención se hizo en los puntos 21, 22 y 23 al medio ambiente, reconociendo en particular la grave situación que atraviesan los países del caribe respecto al problema del sargazo, y sus consecuencias para las economías regionales, la flora y la fauna marina, como así también, para la actividad pesquera en todo el Gran Caribe. En ese sentido, se comprometieron a presentar con urgencia dicha situación ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

En dicho contexto remarcaron el compromiso adquirido en conjunto por los países desarrollados, “movilizar 100.000 millones de USD para financiar la lucha contra el cambio climático en apoyo a los países en desarrollo y de duplicar la financiación para la adaptación al cambio climático de aquí a 2025”.

CUBA

El país caribeño logró que el documento final incluyera críticas hacia el embargo que mantiene Estados Unidos y a su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo. En particular, el texto final señala que “en relación a la Resolución A/77/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2022, sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, recordamos nuestra oposición a las disposiciones legales y reglamentarias con efecto extraterritorial”.

Este punto generó fuerte repudio por parte de la comunidad de exiliados cubanos. Cabe mencionar que el mismo documento, de modo genérico y sin hacer referencia a ningún país en particular, refiere a que los “valores compartidos” por ambos bloques “permanecen inalterados”. En lo específico, refieren a “sociedades resilientes, inclusivas y democráticas; la promoción, protección y respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales; el Estado de Derecho; la democracia, incluidas las elecciones libres y limpias, integradoras, transparentes y creíbles y la libertad de prensa”. Es decir, ninguno de los presupuestos que hace décadas rige la política y la sociedad cubana.

Conclusiones

El solo hecho de movilizar a 33 delegaciones representantes de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe hacia Bruselas, es un hecho significativo por sí solo.

La UE ha dejado en claro que pretende mucho más que una foto familiar y están dispuestos a ir más allá del diálogo y la búsqueda de nuevos consensos en torno a temas de mutuo interés. Más allá de haber acordado celebrar este tipo de encuentros UE-CELAC cada dos años, desde Bruselas se ideó un plan estratégico denominado Global Gateway que, en palabras de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, representa “la forma en que Europa puede construir conexiones más resilientes con el resto del mundo” y en particular con una fuerte apuesta económica de invertir 300.000 millones de euros hasta 2027 en varios países del mundo.

Europa apoya la inversión y la cooperación con el objetivo de conseguir una mayor integración en las cadenas de suministro de energía limpia, incluidas las materias primas fundamentales y la transferencia de tecnología. La UE parece estar dispuesta a profundizar las relaciones comerciales y de inversión en la región de América Latina y el Caribe, en particular, apoyan la firma del acuerdo modernizado entre la UE y Chile y entre la UE y México y siguen de cerca los trabajos en curso entre la UE y el Mercosur.

Muchos indicadores parecen dar cuenta que estaríamos ante un nuevo capítulo de las relaciones económicas, sociales y culturales entre Europa, América Latina y el Caribe, las cuales podrían profundizarse. En consecuencia, ello permitiría el fortalecimiento de un multilateralismo inclusivo y la cooperación internacional. Todo ello construido en base a una similar escala de valores, al fortalecimiento de las instituciones democráticas y a la consolidación del respeto hacia los derechos humanos, las libertades humanas y el Estado de Derecho.

Autores:
Magister en Acción Política, Fortalecimiento Institucional y Participación Ciudadana por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid. Abogado por la Universidad Católica de Córdoba, realizó su Posgrado en Comunicación Política…

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