¿Qué es?
Este opioide sintético es utilizado regularmente para tratar dolores asociados a enfermedades letales como el cáncer, o tras haber realizado un proceso quirúrgico. Sin embargo, su popularidad se debe a que es cincuenta veces más fuerte que la heroína. Por lo que lo hace una sustancia que, de no ser utilizada por un médico experto, puede llevar a un abuso de consumo y por ende, a la adicción. De esta manera, se ha vuelto más común en el mundo de las drogas y se ha adentrado al mercado negro con un precio sumamente alto. El país que ha experimentado mayores retos con esta droga ha sido Estados Unidos, que, desde el 2019, ha tenido un aumento de muertes por sobredosis muy elevado. Tanto así, que se estima que al menos 200 personas fallecen al día en el país a manos de esta droga. Dicho esto, es fundamental entender el papel que juegan los líderes internacionales dentro de esta situación, y la influencia de Centroamérica como ruta de tráfico.
¿De dónde proviene la droga?
En los últimos meses, los químicos para producir esta droga han viajado desde China hasta distintos países de Latinoamérica, sobre todo, México. López Obrador lanzó un comunicado confirmando que un cargamento proveniente de China llegó hasta Michoacán lleno de estos químicos. Evidentemente, Estados Unidos se mantiene alerta con este tipo de situaciones, ya que es el país que se ve mayormente afectado por la comercialización del fentanilo debido a las altas tasas de muerte que han tenido en los últimos meses. De esta manera, México, bajo la presión política de Washington, busca el apoyo de China, para combatir el tráfico ilegal de esta droga. Sin embargo, se ha demostrado que es totalmente ineficiente, ya que a pesar de los esfuerzos de AMLO por comunicarse con Xi Jinping y aclarar la situación, el Ministerio Chino de Asuntos Exteriores niega rotundamente un posible tráfico ilegal de esta sustancia entre China y México.
Así, se hace evidente cada vez más la ineficacia de los gobiernos al tratar un asunto que sin duda es alarmante y una eminente amenaza internacional. Desde que México adoptó su política de “abrazos y no balazos” pareciera que no quiere combatir el crimen organizado sino cooperar con los criminales de su propio país. Inclusive, miembros del partido MORENA continúan arraigando sus lazos con los carteles de droga del país y
organizaciones criminales, teniendo como resultado la expansión y fortalecimiento de los mismos, situando a México en un punto de gran inquietud a nivel global. Inclusive, los principales carteles del país se adentraron en el mercado y la elaboración de esta droga se realiza en los mismos laboratorios en los que antes se priorizaba la producción de cocaína y heroína. Lo cual, representa una gran amenaza ya que estos carteles ahora no solo poseen una vasta red de producción, sino que continúan enriqueciéndose. Se estima que un kilo de esta droga se vende por lo menos en 20 millones de dólares, por lo que el poder económico de estos grupos se expande cada vez más y la amenaza continúa siendo inminente.
Riesgos a nivel regional
Debido a que México inició procesos de refuerzo en sus puertos como medida de retención para el tráfico de esta droga, los criminales han buscado otras opciones para continuar con su distribución. En marzo de este año, Estados Unidos capturó a una guatemalteca que tenía relación con miembros de asociaciones criminales mexicanas, siendo responsable de las operaciones de distribución de Guatemala a México. Es muy probable que esta droga continúe expandiéndose por distintos puertos centroamericanos en el fututo. Esto, podría figurar una complicación para la lucha contra las drogas. Por lo cual, es necesario identificar cuáles son los principales obstáculos dentro de esta lucha para obtener mejores resultados y disminuir en gran medida la ineficiencia que han demostrado las autoridades centroamericanas.
Primeramente, la corrupción de las entidades gubernamentales es un problema que se encuentra muy arraigado en la mayoría de los países, por lo que la aplicación de la ley contra el crimen organizado puede tener múltiples dificultades como hemos visto en el caso Méxicano. Seguidamente, la falta de recursos tanto financieros como tecnológicos tienen mucho peso dentro de estas ineficiencias, ya que no hay suficientes fondos para formar un personal y equipo capacitados exclusivamente para la prevención de distribución de drogas. La geografía representa un riesgo para países como México y Guatemala, ya que su localidad resulta estratégica en cuanto a rutas de tránsito. México, evidentemente, por medio de su larga frontera con los Estados Unidos, se coloca aún más bajo la mira internacional, ya que tiene fácil acceso al que pareciera ser el mayor mercado de drogas actual. Por otro lado, la topografía Guatemalteca ciertamente es atractiva para las organizaciones criminales. Desde montañas, selvas muy extensas y zonas rurales remotas, sin duda son vistas como escondites y rutas de escape eficientes para continúar expandiendo el tráfico de esta de esta nueva sustancia. Me atrevería a decir que podríamos estar hablando de una “cadena de rutas” entre ambos países, es decir, Guatemala con México y México con Estados Unidos, siendo una ruta demasiado atractiva para el tráfico de drogas.