Argentina vive un intenso año electoral en 2023, donde debe elegir al nuevo presidente en un ambiente de crisis política, social, económica e institucional. El futuro del país oscila entre el espectro de un nuevo estallido social -como el de 2001 o el peruano-, una continuidad de la larga decadencia que aqueja a la nación austral desde hace más de medio siglo o la esperanza de encontrar el rumbo y superar la “grieta” que divide y enfrenta a la sociedad.
